La oración de liberación

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El Padre Gabriele Amorth destacado exorcista de la Diócesis de Roma, analizó la oración que el Papa Francisco realizó sobre un mexicano poseso de 43 años en la Plaza de San Pedro el domingo 19 de mayo de 2013, Solemnidad de Pentecostés.

En entrevista concedida a ACI Prensa el 22 de mayo del mismo año, el sacerdote señaló que ese día «el Papa de buena voluntad se acercó y le hizo un exorcismo bajo forma de oración de liberación, no como el exorcismo clásico que se hace con el libro».

El mexicano, dijo Amorth, «es realmente un alma de Dios de la cual el Señor se sirve para reprochar a México por la legalización del aborto«.

El Padre Amorth comentó además que él mismo realizó un exorcismo de más de una hora a este hombre mexicano antes que el Santo Padre rezara por él en la Plaza de San Pedro.

«Estoy informado bien sobre aquel joven. Un joven bueno, de oro, demuestra menos años de los que parece, tiene 43 años, casado, con hijos», agregó.

«Esta misma oración, la vi hacer por tres veces también a Juan Pablo II. El Papa Francisco impuso sus manos, oró y basta. Es suficiente», afirmó el Padre Amorth.

El famoso exorcista de la diócesis de Roma tiene 88 años y ha realizado más de 70 mil exorcismos durante los últimos 27 años. El número es alto porque realizar un exorcismo puede requerir múltiples sesiones y cada vez que se realiza se cuenta por separado.

Actualmente, se confunde el significado del término «exorcismo» porque  está sometido a diversas interpretaciones, lo que ha llevado a  denominar «exorcismos» a cosas que no lo son, o «exorcistas» a  personas, laicos o sacerdotes, que no lo son.

Al respecto, el padre  Gabriele Amorth, exorcista de la diócesis de Roma y autor del libro  «Habla un Exorcista», dice que el exorcismo es sólo el sacramental  instituido por la Iglesia.

El poder de expulsar demonios que Jesús confirió a todos los creyentes  conserva toda validez. Es un poder general basado en la fe y en la  oración, y puede ser ejercido por individuos o comunidades sin ninguna  autorización. Sin embargo, en este caso, se trata de plegarias de  liberación, y NO se deben llamar exorcismos.Sólo al sacerdote autorizado, además de al obispo exorcizante,  corresponde el nombre de exorcista.

Como dice el Padre Amorth  “El poder de expulsar demonios que Jesús confirió a todos los creyentes conserva toda validez. Es un poder general basado en la fe…”

Aquí me detengo. Si todos los bautizados tenemos este poder liberador, concedido por Jesús también a los laicos (seguramente en su Infinita Sabiduría previendo la falta de Sacerdotes en nuestro tiempo),entonces…¿por qué no podemos expulsar demonios, ni siquiera de nuestros  hijos, por quienes nos matamos orando?

No me refiero a las “posesiones” tipo El Exorcista, sino a las  cotidianas “opresiones” en que nuestra voluntad humana se debilita y se  envicia en una actividad propuesta por el maligno, como: impureza solitaria, alcohol, música satánica (ya sea reggaeton o rock),doctrinas nueva era, pornografía, adulterio (ya sea físico o mental),lujuria (física o mental), etc, etc.

¿Por qué no podemos? La respuesta está en las mismas palabras del Padre Amorth:

Es un poder general basado en la fe”.

Entonces ya sabemos por qué no hemos podido ayudar a nuestros hijos, maridos, esposas, padres, hermanos, amigos, etc…Porque no tenemos LA SUFICIENTE FE. Aunque nos duela y nos creamos muy creyentes y convertidos plenamente  etc, etc, etc.

El ejercicio de la liberación esta mal entendido en la Iglesia y hay personas bien intencionadas que se rasgan las vestiduras porque hallan laicos que tomen esta responsabilidad en un mundo donde muchos miembros de la Santa Iglesia no cree en el demonio.

Si nos rasgamos las vestiduras, la lógica me dice que sólo puede ser por dos cosas:

Porque no creemos que realmente estén expulsando demonios sino que  son unos farsantes.

Porque sí creemos que están expulsando los demonios, o sea, que son  los mismos demonios los que expulsan a otros demonios.

El caso número 1 no puede ser, ya que el cambio de vida observado en las personas que han recibido esta liberación es tan dramático, que no puede ser una farsa.

El caso número 2…mmmm…¿dónde he leído antes esto?

¡En el Evangelio según San Lucas, capítulo 11, versículos 14 en adelante!

Estaba Jesús echando un demonio, el cual era mudo. Cuando hubo salido el demonio, el mudo habló. Y las muchedumbres estaban maravilladas.

Pero algunos de entre ellos dijeron: «Por Belzebu, príncipe de los demonios, expulsa los demonios».

Mas Él, habiendo conocido sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo, es arruinado, y las casas caen una sobre otra.

Si pues, Satanás se divide contra él mismo, ¿cómo se sostendrá su reino?

Queridos hermanos, no nos confundamos como ayer se confundieron los fariseos.

Dejar a un hermano que viene a nosotros buscando liberación atados con pactos satánicos, brujerías, new age, drogas, adicciones, etc , es una falta total de caridad por parte nuestra de la cual tendremos que dar cuenta  al Señor.

Enviarlo al sicologo sin antes hacer una evaluacion espiritual es un escándalo al Señor que nos mando a dar la guerra al maligno

Ignorarlos es un pecado.

No todo los creyentes pueden hacer oración de liberación como ministerio, pero en un caso de apuro todos lo podemos hacer en el Nombre de Jesús.Para hacer esta oración sistemáticamente debemos como mínimo:

1)  Pertenecer a un Grupo o ministerio de la Iglesia que viva en el orden de esta

2)  Llevar una vida Sacramental plena

3)  Estar en comunión total con la Iglesia y el Papa

4)  Tener vida profunda de oración

5)  Tener una familia en orden

6)  Jamás hacerla solo

7)  Nunca hacerla en público

8)  No  hablar o comentar lo sucedido

9)  Hacer un proceso de discernimiento antes de hacer la oración para estar seguro de que:

A) no es un caso psicológico, en tal caso se debe remitir a un psicólogo

B) no es una posesión, en tal caso se debe remitir al Párroco o al Obispo

10)Orar siempre al principio y al final por las personas y el lugar donde se realiza

¿Qué es la oración de liberación?

La oración de liberación es la oración que se hace para acabar con la influencia del demonio en una persona. Suele realizarse por parte de un sacerdote sólo o por un grupo de laicos (con o sin un sacerdote) que oran a Dios para la persona sea liberada de toda influencia demoníaca. Si en el exorcismo uno conjura al demonio, en la oración de liberación, por el contrario, la oración va dirigida a Dios. Si se trata de un grupo de la Renovación Carismática será muy útil que el grupo ore en lenguas. Si alguien del grupo quisiera dirigirse al demonio directamente, ese grupo debería tener autorización del obispo del lugar para hacer tal cosa. Para la oración de exorcismo se requiere una autorización para cada caso. Pero para que un grupo de oración de liberación pudiera dirigirse directamente a los demonios para ordenarle que salieran, bastaría una autorización general para todos los casos. Insisto en que aunque haya algún momento en que se ordene al demonio salir de esa persona, no es un exorcismo. No es un exorcismo porque no hay una posesión. Se ordena tan solo que salga de esa persona para que cese una influencia. Pero si se carece de tal autorización episcopal, bastará orar a Dios para que sea El, el que destruya el poder del demonio sobre ese sujeto.

Aunque la oración a Dios basta, resulta muy útil a un grupo poder dirigirse directamente al demonio y ordenarle que salga. Y así ordenar por ejemplo al espíritu de depresión o de alcohol, etc, que salga.

Las oraciones de liberación a veces logran su efecto en pocos minutos, pero en ocasiones pueden ser necesarias muchas sesiones. La influencia lejos de ser algo leve, puede ser un fenómeno muy persistente y con graves consecuencias en la salud de la persona. Por eso puede haber casos en que lo mejor sea que el sujeto se pase por uno de estos grupos una vez a la semana para que oren por él unos cuantos minutos cada vez: cinco minutos, diez o quince. En los casos de influencia el incremento de la vida de oración de la persona puede romper esas ataduras del demonio sobre su cuerpo y su alma. El exorcismus missionalis que aparece en esta obra puede ser rezado por la misma persona cada día, lo cual constituiría una oración de autoliberación.
Los grupos de oración de liberación deben enseñar a los que se dirigan a ellos pidiendo ayuda, a realizar estas oraciones de autoliberación. Pues ocurre con cierta frecuencia que estas personas piden toda la liberación de estos grupos, pero el interesado no suele esforzarse demasiado. En los casos de influencia, el interesado puede hacer tanto por su liberación como el grupo.

Bibliografía:

Aci Prensa

Padre Fortea

Padre Gabriel Amorth

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